Genshin Impact | Junto con la Divinidad – Prólogo
Resumen
¿Has pensado alguna vez en cómo serían nuestras vidas sin arcontes?
Ven y únete al autor en una exploración de la «divinidad» con humor y lógica.
Contenido del libro
Cuando nuestras percepciones estén libres de arcontes e iglesias, aprenderemos que en el norte de Teyvat, la gente de Mondstadt preservó su cultura como hace décadas, incluso después de que Barbatos el Arconte Anemo se escondiera. Cuando observamos la vida diaria de la gente de Mondstadt desde una perspectiva más elevada, es evidente que la gente comparte una naturaleza despreocupada, que en su mayoría proviene de sus generosas y agradables condiciones de vida. El excedente de grano producido se convirtió en su fuente de cerveza, y la cerveza alimentó aún más su temperamento despreocupado. Por encima de todo, el Arconte de Anemo nunca les enseñó a hacer vino y a divertirse, lo descubrieron ellos mismos.
Pero no pretendo hacer creer a mis lectores que podríamos prescindir de los arcontes. Al contrario, digamos que si Barbatos no hubiera guiado los cálidos monzones a Mondstadt con sus poderes divinos, ¿Mondstadt seguiría siendo generoso en cuanto a la producción de los brebajes que produce?
La respuesta sería no. Monstadt es una ciudad del interior y habría luchado por mantenerse si no fuera por la gracia de Barbatos. Si miramos hacia atrás en la historia, aprendemos que Mondstadt está situada en una tierra que una vez estuvo congelada, donde las condiciones de vida eran duras y la elaboración de cerveza sería virtualmente imposible. Fue el poder de Barbatos lo que cambió todo. Un prefacio engorroso, pero espero que mis lectores tengan una cosa en mente cuando lean mi humilde libro: mientras que es el poder de los arcontes lo que creó nuestro entorno de vida, deberíamos ser conscientes del hecho de que lo que da forma a nuestro pensamiento, lógica, cultura, filosofía y estética no son los arcontes en sí mismos, sino el entorno objetivo que existe a nuestro alrededor. Este mundo que nos rodea es lo que hemos heredado, y lo que este libro muestra es que la gente de Teyvat siempre ha sido, y siempre será, heredera de un legado divino, pero no de la divinidad misma.
